Rally del petróleo no para: estos son los factores que explican su alza y cuáles son los escenarios futuros

El petróleo vive uno de sus mejores momentos en años, lo cual ha influido directamente en un alza en los precios de la gasolina a nivel local, que ha subido durante 28 semanas consecutivas, causando inquietud en miles de conductores que buscan paliar de alguna u otra forma los efectos económicos de la pandemia.

El barril de Brent -de referencia internacional- cerró ayer en US$ 72,52, un precio no visto desde el 11 de febrero de 2014, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) -de referencia para Estados Unidos- subió a los US$ 70,29, un valor registrado el 12 de julio de 2018.

Siguiendo el mismo rumbo, el panorama hoy no es distinto, ya que el Brent sube a esta hora un 0,43% hasta los US$ 72,83, mientras que el WTI lo hace un 0,88%, ubicándose en los US$ 70,91.

De esta forma, ambos acumulan alzas de 42% y 48%, respectivamente, mientras que a una década, el crecimiento ha sido cercano a 146%, tras ubicarse en US$ 29,57 y US$ 28,52 por barril respectivamente durante 2001.

El comienzo del repunte

Como se ha evidenciado a lo largo de su historia, el aumento de los precios va de la mano con el impulso de las economías desarrolladas y el incremento de la demanda por parte de los países emergentes que requieren ocupar materias primas.

En este sentido, uno de los primeros repuntes del petróleo ocurrió tras la crisis financiera mundial de 2008, cuando marcó un récord de US$ 140,73 el barril, apoyado también por las tensiones en Medio Oriente y la crisis diplomática por el programa nuclear de Irán en 2011. 

Sin embargo, desde 2014 se observa una depreciación en la mayoría de los commodities debido a una desaceleración de la economía china, la caída en la demanda europea y el aumento de la producción de petróleo en EEUU, que generó grandes rivalidades con Arabia Saudita.

Lo anterior, persistió por varios años, fomentado últimamente por la llegada de la pandemia que redujo fuertemente los niveles de demanda a nivel mundial por los confinamientos, lo que arrastró el 22 de abril de 2020 al Brent a su nivel más bajo en la historia, a US$ 12,22 por barril.

"Ante una crisis, la actividad económica se reduce, aumenta el desempleo, disminuye el consumo y todo esto genera un impacto en el petróleo, ya que la demanda de materias primas y específicamente del crudo suele reducirse de manera drástica. El petróleo es un commoditie ligado directamente al ciclo económico", asegura el jefe de análisis de XTB Latam, José Raúl Godoy.

La semejanza con la crisis de 2008

Ahora, los engranajes han comenzado a moverse nuevamente, con un panorama similar al de 2008, cuando la inflación en EEUU subió a uno de sus niveles más altos, provocando un aumento del dólar a nivel internacional.

De tal forma, como el precio del barril está expresado en dólares, que el tipo de cambio se ubique en Chile hoy sobre los $ 700 ha generado un incremento en el costo adicional, que según los analistas, también repercute en el consumidor final.

"Estados Unidos ha tenido una política monetaria muy expansiva, con una gran emisión de circulantes, y como los precios se fijan en dólares, ciertamente sube el precio del petróleo en dólares, una parte por el efecto inflación", explica el economista y socio de PKF Chile, Rafael Romero.

Sumado a lo anterior, otro elemento clave en las alzas es la expectativa de una pronta recuperación económica en algunas partes de Europa y el mundo, donde ya están volviendo a una mayor normalidad. "Tenemos este efecto de rebote, que significa una mayor reactivación económica, pero a su vez, expectativas de mayor producción", añade.

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Impacto en Chile

Los efectos del rally del petróleo no quedan ajenos al panorama local, ya que en las últimas semanas el precio de la gasolina se ha disparado, ubicándose entre los $ 862 y $ 916 para los octanos de 93, 95 y 97.

Lo anterior, debido a que al ser un derivado del petróleo, junto al diésel, dependen en gran medida de su evolución en el tiempo, así como los costos de procesamiento y la demanda local e internacional.

"Si consideramos que gran parte del consumo de petróleo en nuestro país se importa, es decir, se compra en el exterior para abastecernos, es natural pensar que los precios en que compran los distribuidores se traspasen a los consumidores", explica Godoy.

"El gobierno ha implementado un mecanismo estabilizador de precios llamado MEPCO, que ayuda a que las variaciones no sean tan abruptas e impidiendo que la gasolina suba más de $ 6 semanal. Pero el alza no se contiene, sino que se distribuye en el tiempo, es por esto que hemos visto una subida constante en los precios ya durante 28 semanas y, considerando el contexto, debería incluso durar al menos unas cuatro semanas más", agrega.

Futuro alcista

El panorama para el petróleo no parece salir del rumbo alcista, al menos en el corto plazo, ya que la reciente reactivación económica mundial de las principales potencias exportadoras de crudo ha comenzado a consolidarse, y por ende, también la demanda.

De hecho, el banco de inversión estadounidense, Goldman Sachs, espera que los precios del crudo Brent alcancen los US$ 80 por barril este verano boreal, apostando directamente en la distribución masiva de vacunas contra el Covid-19.

"El aumento de las tasas de vacunación está conduciendo a una mayor movilidad en los EEUU y Europa, con una demanda global estimada en 1,5 mb/d (millones de barriles por día) en el último mes a 96,5 mb/d", explicó el banco, agregando que prevén que la demanda mundial alcance los 99 mb /d en agosto.

"Es muy probable que la tendencia se mantenga en el corto plazo, y para ello, el escenario que debería darse es que la recuperación económica a nivel global siga fuerte. Esto desencadenará un aumento del consumo debido a una demanda bastante reprimida durante estos últimos años, lo que repercutirá en sólidos crecimientos económicos", asegura Godoy, indicando que el panorama se mantenga durante 2021, para los próximos años comenzar a estabilizarse.